Saturday, June 13, 2009

Selva

Seria el año 81, 82, 83? En  fin, el asezino de Alan todavia no estaba en el poder y yo a mis  6, 7 u 8 años era ya un pequeñito dedo invasor sin saberlo pues era Belaunde quien promovia la incersion en la selva con la carretera marginal y aquella ciudad que creo que jamas llego a ser como la que el y mi padre imaginaron crear cerca a la confluencia Pichis Palcazu. Yo solo recuerdo mis ojos bien abiertos en un mundo verde que cortaban delante mio para poder entrar. Tambien recuerdo que inmediatamente despues de ingresar en ese terruño se me mezclaron el sueño y la realidad y me encontre sentada sola en medio de arboles enormes y los otorongos me vinieron a saludar. Gente de por ahi no se veia o tal vez no las sabiamos ver o a lo mejor ellos sabian no dejarse ver. Y esta ciudad que se venia a construir era tan solo una casa patilarga donde la noche me cubria con un manto de sonidos que sentia como un millon de mensajes que me adormilaron dentro del mosquitero y que daba inicio al terco asentamiento moderno. Ciudad Constitucion. Con el perdon de mi padre y sus sueños, creo ahora que no fue tan malo que las explosiones que empezaban en la sierra sur  llegaron cerca y cambiaron el rumbo de la imaginada Brasilia peruana.

Luego llego este caballo loco al poder y recuerdo los susurrus sobre las muertes comandadas por sus marinos racistas. Recuerdo las masacres en los penales y tambien mucho la crisis y los malabares de la gente de clase trabajadora para sobrevivir. Lo que sigue se sabe y yo ya me he ido hace tiempo y nunca he podido entender como este rostro fofo, blanco e hipocrita sea nuevamente el presidente de la Republica del Peru. Es un flashback que me remueve el estomago. Y hoy tiene aun mas cara de muerte y tiene aun mas sangre en las manos. Esta es la sangre que no sangra igual pues esta es de las pocas que se enraizan en un territorio en donde el sentido de vivir se escucha sin hablarlo y los simbolos del dinero jamas se comparan con el valor de la tierra que han sabido cuidar mientras tantos abandonaban los terruños secos y destruidos por el mounstro mutante del capitalismo que al tener tantas caras no se le puede reconocer y se mete en tu ropa y en tus zapatos y en tus ideas de progresar y mientras tanto otros empezaron a necesitar mas y mas de este dinero al punto de tener que vender a sus propios hijos a cambio de billetes verdes que los salvan de la miseria, pues el otro verde ya no existe para ellos. 

Las niñas vendidas y los niños desplazados de tierras destruidas han llegado a sentarse frente a mi en Nueva York. Mixtecos, Quiches, Nauas, Quichuas y Tibetanos me miran sin entender nada las palabras residencia permanente. Hablan sin llanto de lo vivido y dicen la palabra libertad sin pronunciarla y sin jamas haberla escrito o leido. La moral occidental que trato de evitar se filtre entre nuestras conversaciones pero que invevitable brota de mi lenguaje y de mi vision, no puede atravesarlos. Sus ojos me miran profundo como sabiendo verdades que yo no entenderia. La palabra victima sale sobrando.

No es lo mismo para nosotros y otros ya tan cruzados por la cruz y sus otras formas que obligan a pelearnos entre hermanos; a forzar a otros a dejar sus tierras; que pelean por permanecer, retomar y dominar, guiados por una diferencia construida por el mismo poder.

Aquellos vivian en armonia con la historia cantada que conecta canto con tierra con sonido con agua con pajaros con arboles con animal con ser. Resisten sin miedo y se protegen del contacto. Hoy me pongo un collar de unos mashigengas no contactados que llegaron a mis manos en cadena gracias a mi amiga Jeca. En solidaridad, pues no puedo dormir pensando en todo lo que pasa alla donde no estoy encima de todo lo que pasa aca donde estoy. En Chiapas las comunidades Zapatistas de la montaña tienen prohiba la entrada a cualquier nuevo pues por lo mismo. La lengua guarda y proteje pero todo puede morir con las balas de la misma marca y los ejercitos clonados y vestidos con los mismos colores que se disparan en Guatemala, en Mexico, en China y en Peru.

En otra oportunidad ya mucho mas grande volvi a otra parte de la selva. Ahi el dinero habia colonizado y tocado todo pero igual pude sentir la felicidad sin tiempo haciendo el amor en los rios con el tunche que me llevo por alla. Estabamos lejos del Corazon, pero se sentian sus rumores a traves de los arboles y las aves. El Corazon esta vivo y resiste. Es el Corazon del mundo y por favor que lo dejen latir en paz. 

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